Dejar ir las cosas es difícil. Dejar ir las cosas por las que pagaste mucho es aun más difícil.
Si no dejas ir las cosas, pagarás por ellas una y otra vez. ¿De qué manera? Estos son algunos ejemplos:
A pesar de que tus compras estén pagadas, algunas cosas requieren pagos extra. Pagarás para asegurar, almacenar, u otras maneras de cuidar tus cosas. Quizá pagues por productos para organizar tus cosas, como mejores sujetadores para tu ropa, mejores guardarropas, y otros artículos para ordenar tus cosas que en realidad no resuelven el problema. Si ordenar tus cosas funcionara, serías ordenado. Deja ir lo que no uses.
Limpiar, ordenar y pensar en tus cosas toma tiempo. Tienes decisiones importantes que tomar, así que incrementa tu capacidad de enfoque y claridad de pensamiento al aliviar el ruido mental que genera el cuidado y mantenimiento de tus cosas innecesarias.
Pagarás con tu corazón.
Éste es el peor costo de todos. Pagarás con emociones al aferrarte al pasado, castigándote por tus viejos hábitos. Pagarás con culpa e indecisión.
La respuesta a todo esto es simple. Deja ir lo que no necesitas. Deja ir las cosas y todos los costos que conllevan.
Ya pagaste suficiente por ellas.
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